Pastoreo intensivo ¿Bueno para el ambiente y para los ganaderos?

Si comparamos la producción de cultivos convencional basada en la labranza con la agricultura basada en pastos, esta última puede generar muchos más beneficios para el ecosistema, de tal manera, que el manejo del pastoreo intensivo tiene la capacidad de mejorar la resiliencia de los pastizales, mejorando así la rentabilidad de la agricultura basada en pastos. Por ejemplo, la conversión de tierras marginales usadas para monocultivos cosechados anualmente en pastizales con gramíneas/leguminosas perennes puede resultar en tasas más altas de secuestro de carbono.

Créditos: Pixabay/fabifer.

Una reciente investigación publicada en ScienceDirect presentó los resultados de una encuesta realizada a 4.500 productores en las Grandes Llanuras de Estados Unidos, para estudiar el papel de la intensidad del pastoreo en las decisiones de uso de la tierra de los productores. Según el profesor asociado de la Universidad Estatal de Dakota del Sur, Tong Wang:

Los pastos evitan la erosión del suelo y sus sistemas de raíces penetran en el suelo, aumentando la infiltración de agua y disminuyendo la escorrentía y la contaminación del agua... Mediante la gestión intensiva del pastoreo, los productores pueden ganar dinero convirtiendo tierras de cultivo marginalmente productivas en pastizales, mientras que al mismo tiempo reducen el impacto de la agricultura en el medio ambiente.

El análisis de la encuesta se centró en los productores con al menos 100 cabezas de ganado pastando en pastizales perennes. Los investigadores definieron el pastoreo intensivo como el manejo enfatiza períodos de pastoreo cortos con 16 o más potreros por lote de ganado. Los períodos de pastoreo intensivo varían de uno a 15 días por potrero, seguidos de un tiempo de recuperación de 20 a 100 días, dependiendo de la rapidez con que el forraje vuelva a crecer.

Los investigadores concluyeron que los precios más bajos de los cultivos y un mercado de ganado estable están motivando a los productores a considerar convertir las tierras de cultivo marginales en pastizales, de tal manera que durante los años en que los precios de los cultivos son altos, más tierra marginal se convierte en tierra de cultivo y cuando los precios de los cultivos bajan, esa tendencia se invierte.

Otros factores que contribuyen a la conversión de tierras de cultivo en pastizales fueron la edad de los ganaderos, encontrando que mienstras más jóvenes, más priorizan los objetivos de mejora ambiental y ven las agencias gubernamentales y de extensión como fuentes de información y apoyo más importantes para la toma de decisiones sobre el uso de la tierra. Además, es más probable que los productores de áreas con precipitaciones medias más bajas conviertan las tierras de cultivo en pastizales.

De acuerdo a los investigadores, sus hallazgos implican que, para alentar a los productores a convertir tierras de cultivo marginales en pastizales, es fundamental enfatizar la rentabilidad potencialmente mayor de la producción basada en pastos. En este sentido, los programas gubernamentales y de extensión pueden ayudar a los productores a cambiar su enfoque de gestión de la priorización de las ganancias a corto plazo a la mejora de las ganancias a largo plazo asociadas con la mejora del suelo y el ecosistema mediante una mejor gestión del pastoreo.

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